MDMO: qué cambiará en Mendoza cuando se apruebe el distrito minero
Más allá de lo que es el entusiasmo que genera en algunos actores políticos y económicos, en concreto el proceso que ahora seguirá su camino en la Legislatura asegura la agilización de un proceso para recuperar el tiempo perdido.
Por Edu Gajardo
Malargüe Distrito Minero Occidental (MDMO) es la respuesta del equipo que viene buscando alternativas para el desarrollo de la actividad minera desde la primera gestión de Alfredo Cornejo. Teniendo como base la decisión de mantener sin modificaciones la legislación vigente, el distrito aparece como la alternativa para intentar darle agilidad al desarrollo de la exploración minera con las limitaciones que tiene Mendoza.
Si bien en los últimos años hubo Declaraciones de Impacto Ambiental (DIA) que lograron superar el filtro legislativo, el ritmo con el que se logró aprobar hasta ahora los proyectos de exploración metalífera, está muy lejos de lo que es la media mundial. El problema, es que con esa velocidad de arranque de exploraciones se reducen notoriamente las posibilidades de éxito en términos geológicos.
Si la estadística mundial habla de un "100 a 1" en exploraciones que terminan como mina en producción, la posibilidad de éxito actual -con Cerro Amarillo y los tres proyectos de Geometales (Pampa Energía)- es muy baja y es necesario que el volumen sea mayor para aumentar las opciones de resultados satisfactorios. Lo normal en otras zonas, y especialmente en países mineros como Chile y Perú, es que la exploración sea permanente y a través de procesos ágiles, a partir del mínimo impacto que pueden llegar a generar.
En ese contexto, y para enfrentar el filtro político que establece la Ley 7.722, en 2023 se comenzó a diseñar la idea del distrito. En el seno de PRC SAU, la sociedad que se creó para recibir los activos que dejó Vale tras acordar la entrega de Potasio Río Colorado, se inició el análisis de la posibilidad de realizar un estudio de impacto ambiental estratégico, el cual permitiera crear un plan de desarrollo para toda la región en la que entienden que hay licencia social para hacer minería.
En medio de eso, y tras la venta de Potasio Río Colorado, se creó Impulsa Mendoza para manejar las acciones de Mendoza en PRC y para la promoción minera. En ese escenario pasó a solventarse el desarrollo del distrito minero. Ya con la confirmación del segundo período de Alfredo Cornejo, se le dio el visto bueno a MDMO y se avanzó con los estudios a cargo de Mario Cuello, de GT Ingeniería, para diseñar el distrito al que apostaría el Ejecutivo de Mendoza, en este primer caso con 34 proyectos.
Se apuntó directamente a Malargüe por una cuestión de vocación territorial, porque en el Ejecutivo entienden que es un requisito clave para el proceso. A eso, se suma el potencial que tendría el departamento, el cual quedó registrado en el Plan Cordillerano del SEGEMAR, en base a manifestaciones conocidas en más de un centenar de proyectos. Sin embargo, al igual que gran parte del territorio mendocino, el distrito está subexplorado.
A la hora de analizar el alcance que puede tener MDMO, tenemos que separar la cuestión de los procesos que exige la Ley 7.722 de lo que pueden ser los resultados geólogicos. Esto, porque más allá de las intenciones políticas, la clave de todo es que en estos procesos se encuentren propiedades con mineralización y con un volumen relevante.
Por eso, si el método que diseño Impulsa Mendoza (con una DIA conjunta de varios proyectos en un sólo expediente legislativo), logra pasar el filtro politico de Diputados y el Senado (como se presume que será), lo que se podría establecerse en Mendoza es que se agilicen las autorizaciones para procesos de exploración.
Lo que se podría establecer es un ingreso más sencillo de Mendoza a la larga cadenas productivas que tiene el desarrollo de proyectos de cobre. Sin embargo, esto sería sólo para el inicio del proceso, ya que en el caso de encontrar un yacimiento con un volumen suficiente para que la ecuación económica indique que puede ser explotado, el filtro político volverá a aparecer mientras esté vigente la Ley 7.722.
Sin embargo, sin tocar la normativa, en el Estado provincial entienden que pueden agilizar por lo menos el desarrollo de la exploración y comenzar ahí a mostrar los beneficios de la industria. En ese sentido, es clave el análisis que se hace desde el aliado que tiene el plan en sector técnico, que es el Plan Pilares, desde el cual señalan la necesidad de que Mendoza trabaje en el valor agregado en la cadena productiva de proyectos de cobre, más allá de lo que tiene que ver con el mineral propiamente tal. De esa forma, entienden, se podrán ver beneficios en etapas tempranas como las que se pretenden desarrollar.