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Foto del escritorEdu Gajardo

La hora para que Mendoza explore su potencial cuprífero

Las cifras que se proyectan a 2040 muestran que será necesario el desarrollo constante de nuevos proyectos de cobre para poder llegar a cubrir la demanda de mineral con miras a la lucha contra el cambio climático a través del cambio de la matriz energética.


Ya no es un misterio la importancia que tendrán los metales tradicionales y las denominadas tierras raras en la transición energética camino a una carbono neutralidad, necesaria para bajar la temperatura del planeta. Sin embargo, con el tiempo se conocen más detalles de la demanda de algunos metales en las próximas décadas.


Wood Mackenzie, grupo global de investigación y consultoría, para cumplir con los objetivos de cero emisiones de carbono, la industria minera tendría que entregar nuevos proyectos con una frecuencia y un nivel constante de financiamiento nunca antes logrado.


De acuerdo a los análisis realizados, calculan que se necesitarán más de US$23.000 millones de inversión al año en nuevos proyectos, 64% superior al gasto promedio anual de los últimos 30 años.


Es decir, será necesario poner en marcha proyectos y en ese contexto, los países con reservas comprobadas pueden recibir importantes inversiones en un sector de la industria minera conocido por su fuerte impulso económico a las zonas en las que se instalan. De ahí que desde la Secretaría de Minería de la Nación siempre se destaque que más allá del boom del litio, el cobre es fundamental por el alto nivel de inversiones y empleo. En un mano a mano entre un proyecto cuprífero y de litio, el primero tiene niveles 10 veces más altos de inversión y de necesidad de mano de obra.


El potencial de Mendoza es el cobre, pero más allá de las señales que existen a nivel de prospección, no se ha hecho exploración dos décadas, especialmente después de la sanción de la Ley 7.722, por lo que es el momento clave para que se inicien este tipo de procesos en la provincia y se aproveche la oportunidad de la mano de la carbono neutralidad.


Sin embargo, los inversores que perfectamente podrían explorar porque no hacen usos de químicos y no tienen choques con la 7.722, no vienen a Mendoza por la inseguridad jurídica y política, porque el filtro legislativo es un termómetro de momentos electorales y no una instancia técnica.


Según Wood Mackenzie, durante la próxima década la necesidad de cobre será de 9,7 millones de toneladas con proyectos que aún no están en el radar mundial y Mendoza podría ser parte de ese listado, siempre que exista una política de Estado en ese sentido. Estamos hablando de una cifra muy superior a los 6,5 millones de toneladas promedio actuales.


Sin embargo, lo cierto es que la administración provincial prefiere evitar cualquier discusión en torno a la actividad, por temor tras lo ocurrido en diciembre de 2019 con la derogada ley 9.209.


Las estimaciones indica que habrá un repunte del precio del cobre a más de US$11.000 la tonelada en un período de cinco años. Una cifra bastante mayor a los US$7.010 por tonelada que se promedió en los últimos años.


A pesar de que los números y la necesidad ambiental sustentan la presencia de mayores proyectos, los obstáculos políticos, sociales y ambientales se mantienen.

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