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  • Foto del escritorEdu Gajardo

Para la política, Cerro Amarillo puede ser el Josemaría mendocino

Desde el Ejecutivo de Mendoza se destaca el avance del expediente de la DIA de exploración de Cerro Amarillo y de una manera muy anticipada y cargada de optimismo, le dan un potencial para que sea una mina con una inversión similar a Josemaría en San Juan.

Edu Gajardo


A través de una publicación en el portal oficial del Gobierno de Mendoza, se destacó el avance de la Declaración de Impacto Ambiental en la Legislatura, donde consiguió media sanción, en lo que supone un pequeño avance considerando los procesos a largo plazo que tiene un proyecto minero.


"Cerro Amarillo: por qué es fundamental para poner a Mendoza en el mapa mundial de exportaciones", titularon el informe en el que apuntan a destacar el cobre en la transición energética y la oportunidad que significa para la provincia.


Sin embargo, el optimismo de la política fue más allá y en el texto se hicieron proyecciones bastantes anticipadas del proyecto en el que aún no se perfora un sólo pozo. Sin ir más lejos, apuntaron a un potencial de inversión entre US$3.000 milllones y US$4.000 millones, con 4.000 empleos directos durante la construcción y 1.000 durante la operación de la mina.


Sin duda, en este caso los tiempos de la política y el año electoral actuaron y tienen mucho que ver a la hora de hacer estas afirmaciones, porque aún con un alto potencial, los expertos saben que nada se puede decir hasta que se cubique y haya un respaldo técnico para afirmar cuánto mineral existe. Eso, especialmente considerando que la estadística indica que de 100 exploraciones sólo una de ellas se convierte en una mina en producción.


Pero si tomamos el optimismo acelerado de la política, podríamos decir fácilmente que en Casa de Gobierno esperan que Cerro Amarillo sea el Josemaría mendocino. Esto, considerando que la construcción del yacimiento de cobre sanjuanino le significará a Lundin una inversión de más de US$4.000 millones.


El proyecto sanjuanino será el único de cobre en producción cuando se construya, ya que la Argentina en la actualidad no exporta cobre, punto que también destaca el Gobierno en su nota sobre el yacimiento. Apuntan a Cerro Amarillo para poner a Mendoza en el mapa mundial de la exportaciones, una situación que también es bastante optimista considerando los niveles de exportación que tienen países como Chile o Perú.


Claramente los tiempos de la política no están cercanos a los de la industria, por lo que por momentos generan expectativas que podrían cumplirse, pero que también podrían frustrarse en el intento. Eso es importante transmitirlo al ciudadano común, porque es clave la claridad en este tipo de camino.


Son muchos los procesos que debe pasar un proyecto para entrar en producción, muchos estudios de factibilidad que en algunos casos no resultan favorables y los proyectos se detienen. Eso, es aún peor en un país como la Argentina, tanto vaivenes económicos y políticos. Pero es aún peor en Mendoza, donde a todo eso se suma un filtro político que puede frenar años de trabajo y millonarias inversiones.


Para entender mejor lo mencionado, tomemos el mismo proyecto Josemaría, el cual iniciaría su construcción en el 2023, pero que tuvo su primera etapa de exploración en el 2004. Es decir, hace 19 años se desarrollo el mismo proceso que Cerro Amarillo podría iniciar a fines de este año y recién ahora se comenzará a construir. En el camino hubo muchos factores que hicieron lento el proceso y más de una decena de campañas de exploración.


Ese proyecto, en el que San Juan y la Argentina están poniendo sus fichas hoy, demorará más de 20 años desde su primera exploración hasta una puesta en marcha. Cerro Amarillo aún no empieza ese camino y la política maneja el tema de acuerdo a sus tiempos y conveniencias.


Considerando los plazos reales, es clave que Cerro Amarillo sea el primer paso, pero no puede ser el único si Mendoza realmente quiere estar en el mapa mundial de la minería.



Mendoza Minera TV

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